Cualquier hora es buena para hacer ejercicio, sólo hay
que buscar tiempo para hacerlo. Es importante realizar al menos 30
minutos de cardio con intensisad moderada cinco días a la semana, sin
importar la hora del día. Aunque existen diferentes beneficios si
realizas cardio por la mañana o por la noche. Pero en general, cualquier
momento que se ajuste a tu horario es bueno.
Algunos prefieren la rutina deportiva al despertar; otros, por la noche.
Sin embargo, no es lo mismo hacerlo antes del desayuno, a la hora de
almuerzo o en la noche. Ni para el cuerpo ni para la mente.
Estudios recientes demuestran que, más allá de los beneficios musculoesqueléticos y cardiovasculares, la práctica deportiva por la mañana aumenta la capacidad de enfrentar las actividades cotidianas, porque cuerpo y mente funcionan como una unidad. A nivel fisiológico el ejercicio a primera hora es lo más efectivo para quemar grasas. Se equilibra el sistema endocrino y los ritmos biológicos. Además, se liberan un sinfín de hormonas como la endorfina, que es la llamada hormona del buen humor; y aumenta la circulación cerebral, lo que genera una sensación de alerta. Por eso se dice que el ejercicio es una forma de empezar el día con el pie derecho.
Tarde
Es bueno que la gente dedique su hora de almuerzo al ejercicio, pero no que deje de comer. Sobre todo en verano se desaconseja la actividad física entre las 11 y las 16 horas por las altas temperaturas y el riesgo de deshidratación, salvo que sea un gimnasio con aire acondicionado. El aspecto positivo del ejercicio a esta hora es la distracción, pues normalmente, los lugares son atractivos, entonces la persona puede salirse de la rutina y concentrarse en otras cosas fuera del trabajo. Se aconseja almorzar unas dos horas antes de practicar deporte, para luego comer un snack y tomar abundante líquido. En este horario, la temperatura del cuerpo comienza a aumentar y los músculos están más calientes. Por eso lo ideal son los deportes de resistencia (pesas), que apuntan a aumentar la masa muscular.
Noche
A diferencia de lo que muchos creen, el ejercicio nocturno altera el sueño. Uno queda acelerado por la liberación de endorfinas. Por eso no se recomienda hacer deporte de noche a menos que la persona realmente no tenga otra alternativa. En este caso, se aconseja que la rutina no sea diaria y que pasen al menos dos horas entre la última comida y la hora de acostarse. Lo ideal es que uno pueda descansar mínimo 6 horas y ojalá 8. Después de una noche sin dormir bien es mejor, directamente, no hacer ejercicio.
Los expertos coinciden en que lo ideal es iniciar la rutina deportiva luego de un desayuno liviano. Sin embargo, para bajar de peso se recomienda la actividad física en ayunas. Al realizar cualquier tipo de ejercicio el cuerpo quema calorías. Si se hace después de haber comido, se queman las calorías de la última ingesta, especialmente los carbohidratos. Si se realiza en ayunas, en cambio, el cuerpo recurre a las reservas de energía, que es la grasa que tenemos almacenada. Para esto es necesario un estricto control médico y en ningún caso debe ser tomado como hábito.